La Danza
Hace poco màs de un mes se iniciò la bùsqueda del nuevo grupo de danza que representarìa al salòn; la idea era clara: tener la base de los "vaqueros de Putina" e insertar uno que otro integrante sin variar mucho.
Bajo este criterio se formarìa el siguiente grupo: Cruzado,Mamani, Julio, Ravichagua, Bernaola, Pachas y Murga, asì como Lourdes, Claudia, Valeria, Mayra, Mariana y Fabiola.
Sòlo que,como es evidente, habìan muchos hombres, por lo que Murga aceptò retirarse.
Con el pasar de las semanas, Ravichagua desistiò de la danza siendo una baja màs, por lo que para cubrir su lugar entrò Trillo quien tambièn se irìa porque sus entrenamientos se cruzaban con los ensayos.
Llegarìa entonces una para de (se suponìa) 5 dìas, por motivo del viaje de promociòn, viaje que interrumpiò los ensayos a realizarse el fin de aquella semana; acercaba el dìa de la presentaciòn y no se terminaba correctamente la danza.
Ya en Lima nos enteramos de la persona que entrarìa al grupo: Nahùn (¿asì se escribe?), el mismo que ensayarìa dìas antes para acoplarse a la danza.
Era el ùltimo sàbado antes de la presentaciòn y al terminar el ensayo la profesora pidiò una segunda reuniòn para reforzar algunos aspectos; el domingo no se podìa por el censo, asì que se harìa el lunes: faltarìamos a clases.
El lunes sòlo asistieron 7 de los 12, a los demàs no les permitieron faltar. El martes ensayamos con Nahùn, pero el mièrcoles nos enterarìamos que no podrìa participar en la danza.
La razòn fue que segùn las bases del concurso sòlo participan los alumnos de un mismo salòn y a pesar que se peleò por esto (en las bases decìa alumnos de trilce salaverry) no se consiguiò nada.
El concurso era el dìa siguiente y con èl llegaba un nuevo problema: Bernaola dudaba si bailar o no; què hacer ante tal situaciòn, Trillo fue llamado pero no podìa; cuando ya pensaban en hacer que una mujer simule ser hombre para ocupar el puesto, se consiguiò el reemplazo, Grippa aceptò bailar luego de una breve "charla" con Lourdes.
Faltaba todavìa uno ante la posibilidad de que Bernaola no bailara, concretàndose la reincorporaciòn de Murga; ese mièrcoles ensayarìamos hasta tarde con la supervisiòn indirecta de la profesora, quien estaba ahì por otro grupo de danza.
Necesitàbamos màs tiempo y ya no habìa, tenìamos que ensayar y esto estaba muy claro: volverìamos a faltar.
El jueves se ensayò desde las 8:30 am hasta la 1 de la tarde, tiempo en el que se perfeccionaron los pasos sobre todo en Grippa y Murga que entendieron las figuras a realizarse.
Acabado el ensayo acordamos el encuentro en Trilce horas antes de la participaciòn; una ùltima pràctica y todo quedò listo, estàbamos a pasos del escenario y el aùn tutor se nos acercò, dio un mensaje motivador recalcando su apoyo hacia nosotros.
Empezò la danza: Guapeamos, saltamos, gritamos, nos movimos, las chicas sonreìan; el pùblico no dejaba de aplaudir cada "saludo" y celebraban los extraños pero curiosos movimientos de los hombres en cierta parte de la danza. Habìa terminado.
El tutor llegò muy contento tomàndonos una foto en grupo, agradeciò felicitando la presentaciòn dirigièndonos a la biblioteca en donde estaban las cosas.
El viernes seguìan los comentarios sobre la danza, lo hicimos bien, eran las conclusiones; sin embargo, todo cambiarìa ante la notica de que no habìamos pasado. Es una broma, se pensò, pero al ver el papelògrafo con los grupos ganadores le noticia cobrò vida.
Un clima de fastidio, molestia, desconcierto, quizàs còlera, reinò el salòn por unos momentos, no podìamos caer en la envidia por los grupos que sì pasaron y màs bien sentirnos orgullosos porque concluimos una danza a la que muchos consideraban no iba a realizarse.
Y es asì como veo la situaciòn, tuvimos problemas que ellos no habrìan podido solucionar, siempre faltaban dos o tres a los ensayos por motivos de la Cepre, el censo, el viaje, entre otros. A pesar de todo quedamos bien ante el salòn y toda esa gente que aplaudiò, vitoreò y se divirtiò al ver la danza.
Atte.
Pachas
Nota aparte: El tutor
(Segunda parte)
El tutor dio la noticia el viernes: ese dìa serìa el ùltimo que ejercerìa su cargo.
Conocido esto, informò que desde el lunes llegarìa la nueva tutora que lo reemplazarìa; agradeciò la gran acogida del salòn hacia su persona y se despidiò con un fugaz: " Gracias....totales".
Durante su periodo tambièn llegò a buenos acuerdos con los de la danza, porque aceptò de buena manera las faltas a clase, portàndose con bebidas y sobre todo con un discurso que quitò el temor escènico momentos antes de su ejecuciòn.
Es asì como llegò a su fin la era Josè Luis, quien en pocos dìas supo encaminar un salòn del que recibiò un concepto de "exterminadores de tutoras", pero esto cambiò, segùn lo dijo, con el transcurso de los mismos ya que no lo hicieron renunciar.
Atte.
Pachas
Durmiendo
A todos les tomaron este tipo de fotos; aquì las primeras.
El plato de Enzo
Durante todo el viaje Enzo sufriò diversos percances, iniciàndose con el incidente de su plato de pollo a la plancha cuando a èste le callera la sal.
Para darle sabor le agregaron gaseosa
Con el Boys
Estàbamos ya en los previos a la cena de la primera noche, cuando nos percatamos de la presencia de algunos jugadores del Sport Boys del Callao, quienes atendieron los pedidos de foto e incluso se animaron a brindarnos sus autògrafos (o por lo menos a mì).
¡ Despierten !
Faltaba poco para llegar a Lima y tanto Ravichagua como Moncada no querìan despertar; esta fue la ùnica forma de hacerlos cambiar de opiniòn.
El Viaje
Eran las 7 de la mañana y todo indicaba un tiempo propicio para lo que serìa el tan esperado viaje en aviòn; sòlo registrarse y colocar la maleta sobre la balanza solucionarìan los primeros "problemas" de ingreso.
Uno por uno fue pasando, separàndose por un momento para ubicarse segùn el horario del aviòn, que para sorpresa mìa fueron dos los vuelos.
Mirè el reloj que al momento me decìa que eran las ocho y media, estàbamos en la sala de espera, cada quien con el objeto electrònico traìdo para la ocasiòn: mp3, celulares salieron a relucir de las mochilas.
El llamado para ingresar al aviòn se hizo esperar pero llegò; un pasadizo largo, quizàs estrecho nos llevò al medio de transporte que se utilizarìa para el viaje de promociòn.
Con la sorpresa de que iba a ir acompañado por Claudia y Ravichagua tomè asiento esperando el inicio del vuelo, momento de zozobra que albergarìan algunos con su apariciòn.
Ya en el aire, las fotos a las nubes, montañas; tambièn aquellas en donde aparece el interior del aviòn no dejaron de cesar por lo impresionante del objeto volador.
El vuelo no durò ni una hora, llegàndose a Cusco sòlo con el temor del famoso soroche que se habìa promocionado desde mucho antes del viaje; con las maletas en mano salimos del aeropuerto visualizando un cartel con el escrito: "Trilce Cuba", el mismo que se reconociò luego de encontrar al "Tanque".
Subimos a un òmnibus recogiendo en el camino a los del "B", continuando su recorrido nos dejò en el "Hotel Europa", iniciàndose los primeros inconvenientes: los cuartos serìan de 5, de 2 y de 1, si es que no me equivoco.
El dìa iniciaba y habìa mucho por conocer.
Domingo, lunes, martes y mièrcoles
Domingo: Con los cuartos distribidos y la emociòn que causò el que serìa denominado “la suite” se iniciarìa el dìa.
Salimos y el bus nos llevò a almorzar a un lugar: “Tradiciones cusqueñas”; luego de un breve tiempo que sirviò para ubicar el lugar en donde se comiò bien; sòlo que el tiempo que tomò tanto el pedido y sobre todo el de traer la comida fue un exceso.
Nos retiramos y el bus no llegaba asì que quedò esperarlo en otra ubicación, entonces caminamos.
El carro hizo su apariciòn y con Alex y Anita (aplausos para la ùltima) como guìas visitamos unas ruinas (sacsayhuaman?), así como un gran “cerro” con el cristo redentor, para luego conocer la plaza de armas, lugares en donde las fotos no se hicieron esperar.
Era hora de la cena, y el clàsico pollo a la brasa limeño nos esperaba, muchos decidieron llevàrselo porque el almuerzo habìa sido apenas unas horas antes.
Ya afuera la lluvia se hico notar con relámpagos que fueron aplaudidos y celebrados; regresamos al bus y con èl al hotel.
Lunes: Ahora visitaríamos tres lugares de los que en cuestión a nombres recuerdo uno: Ollantaytambo, largas caminatas, algunos que se quedaban, fotos y màs fotos acompañaron a este dìa lleno de imaginación: Alex querìa que encontrásemos determinadas figuras en las piedras, algunas eran evidentes, pero otras ….
Martes y mièrcoles: Veo mis fotos y èstas me dicen que fuimos a Pikillaqta, en donde vimos la laguna Huacarpay, tambièn unos fòsiles, escaleras hechas de piedra, grandes fuentes de agua, “Pisac”, aquì se harìan compras y se perderìa Ximena; tambièn conocimos el Qorikancha .
En cuanto al almuerzo y cena: fuimos nuevamente a “Tradiciones cusqueñas”, en la siguiente oportunidad hubo buffet; la cena estuvo compuesta por pizza, la otra noche por diferentes platos, llàmese: omelet, etc.
Se suponìa que el miércoles irìamos a Machu Picchu, pero no se pudo por falta de cupos, hecho fastidioso; finalmente se quedò en tomarlo como anècdota, “el jueves vamos”, dijo Enrique.
El jueves vamos?
Llegò el jueves y todos se levantaron temprano, era el dìa de Machu Picchu, que cargaba consigo el 95% del viaje.
Se habìa desayunado y el llamado de “Topo Gordo” a reuniòn en la 101, causò extrañeza: habìa tren, pero irìamos parados.
No importaba habìa que salvar Machu Picchu y los incidentes de una promociòn anterior de Trilce, con peores problemas, calmò un poco la situación.
Tomamos el bus a Ollantaytambo, hora y media de viaje en donde apreciamos el carril del tren por el que debimos haber pasado; al llegar esperamos un buen rato el mencionado transporte, subimos en dos grupos y en vagones seguidos.
Iniciaba el trayecto por otra hora y media; luego de esto habìa que ubicar el lugar donde se almorzarìa, se llegò al mismo pero la idea era llegar primero a Machu Picchu apareciendo problemas uno tras otro: sòlo estarìa permitido el paso hasta las 5, no estaba pagado el tren de regreso, la guìa iba y venìa, se hablaba de una denuncia, las llamadas a Lima, Cusco no cesaban; eran las 2 y la caja municipal abrìa a las 3.
De repente la guìa apareciò como a las 4:30 pm, por decirlo menos, anunciando que no se irìa a Machu Picchu, pero que podìamos ir almorzando; las pifias fueron demoledoras, todos pedìan la cabeza del tal Arturo Àlvarez quien debiò organizar todo y por lo menos llegar al lugar; no lo hizo.
A pesar de todo fuimos a almorzar a un lugar de la zona al que se le atribuyò ser sucursal de “Tradiciones cusqueñas” por el tiempo en servir la comida, durante la espera se anunciò la estancia “por un dìa” para llegar a Machu Picchu, noticia que se aceptò irregularmente.
Sòlo quedaba encontrar dònde dormir terminando en un “hostal”; ahora los cuartos serìan de 6, apretados, evidentemente incòmodos nos quedamos.
La forma de divertirnos fueron las barajas de cartas que acompañaron los momentos angustiosos.
A las 5:45 am, fue el despertar del grupo para ir a desayunar, luego del cual subimos a un bus que nos dejò a una caminata de llegar a Machu Picchu.
Se realizò la misma, conocimos el monumento, el intiwatana, y otros lugares que realmente sorprendieron.
Regresamos al inicio del trayecto, esperando esta vez el bus de regreso; un calor difícilmente atribuido al Cusco causò un fastidio general, incrementàndose al saber que Ximena habìa vuelto a perderse.
El bus llegò y nos dejò en la ciudad en donde nos recogiò (Aguas Calientes), ahora sòlo quedaba almorzar e ir al tren, los primero se realizò, pero nuevamente el tren fallò, no habìan boletos.
Llegamos a la estación del tren pero no nos permitieron el ingreso, por lo que tuvimos que esperar en una pequeña plaza de la zona; las barajas reaparecieron y para matar el tiempo los hombres hicimos fuertes intentos por formar una pirámide.
La noche nos iba cercando, y con ella la posibilidad de quedarse otra noche en Aguas Calientes; un llamado de la mamà de Ato, hizo que volviéramos a la estación, màs tiempo de espera pasò.
“Salen mañana en la mañana”, fueron las palabras del encargado, ni las llamadas del ahora “Vizcacha Gorda” pudieron contra ellas.
La tensiòn reinaba, las baterìas de los celulares y los saldos se acababan; prestar celular, baterìas y hasta chips fueron acciones comunes con tal de llamar a la familia para hacer entender la situación que se estaba viviendo.
Con mayor furia se saliò de la estación, tendrìamos que quedarnos una noche màs y nadie, absolutamente nadie, querìa hacerlo en el hotel de la otra vez: a buscar otro.
Antes cenarìamos, pero encontrar un segundo hotel se hizo difícil, eran las 10 pm, por lo que la mayorìa estaban llenos. Ubicamos uno, en el que se hizo ingresar a las mujeres; Vizcacha fue a buscar otro y al conseguirlo, los hombres coincidieron en que era mejor que el elegido para las mujeres, ante tal situación 11 voluntarios aceptaron el cambio de hotel: Cumpa, Ato, Quinte, Ravichagua, Conza, Shaggy, Barquero, “Gato”, Enzo, Moncada y Pachas aceptarìan la misiòn.
Se llegò al hotel en donde por minutos estuvieron las mujeres, ingresando 8 de los 11 hombres, ya que los otros 3 volvieron a ofrecerse, esta vez para llevar a las chicas al hotel que se les ofrecìa, Ato, “Gato” y Pachas fueron dichos 3.
En ese orden fuimos: Ato adelante, Gato con ellas y yo atràs ante un posible ataque; por un momento sentì que alguien nos seguìa, dejè avanzar al grupo, y al voltear me di cuenta que era Ximena.
Ximena?, sì, se habìa quedado. Avanzò para acercarse al grupo que finalmente llegò al hotel.
Una vez màs volvimos al hotel en donde nos quedarìamos; la mañana siguiente y muy temprano ingresamos una vez màs a la estación, ràpidamente subimos al tren, esta vez sentados, parò en Ollantaytambo, en donde nos esperaba el bus hacia el Cusco, tres horas que tuvieron un buen final: regresamos al hotel.
El Regreso
Habìamos llegado al hotel al que ahora veìamos con buenos ojos, se pidiò màs que cualquier cosa la llave de los cuartos y un buen baño nos regalaba despuès del trajìn de los ùltimos 3 dìas.
Aùn no acababa todo: el desayuno esperaba en el ùltimo piso y la interminable escalera no serìa impedimento para llegar a èl: jamonada, queso, asì como la mermelada, mantequilla y los panes (ingredientes comunes en los desayunos de los primeros dìas) saciarìan el hambre de aquella mañana.
Todos regresaron a los cuartos pensando en la manera màs ràpida para regresar a Lima, el vuelo se habìa cancelado y el rumor de un regreso por bus recièn el lunes hacìan titubear a màs de uno.
Se acercaba la tarde y con ella llegarìa la soluciòn: Por bus a las 6 de la tarde; la empresa elegida serìa Flores. Con esta noticia se hicieron las llamadas respectivas para calmar a los familiares en Lima; empezarìa entonces el empaque de la ropa.
Vizcacha llamò por ùltima vez a reuniòn para elegir el almuerzo (esta vez no se harìa esperar mucho); entre los platos màs pedidos estuvo la alpaca, el chicharròn, la ensalada rusa, entre otros platos que se disfrutaron amenamente.
De nuevo en el hotel, todos se alistaron para la llegada del bus; se retiraron las maletas de los cuartos hacièndose los retoques de rigor.
El bus habìa llegado y con las cosas en èl se ingresò al segundo piso en donde las fotos que faltaban pudieron concretarse para fortuna de muchos. Con estas las filmaciones para hacer despertar a los màs dormilones no se hicieron esperar.
Nuevamente en Lima el bus se detuvo en "el terminal de Flores" por algunos minutos, en los cuales la idea de que no iba a dejarnos en Trilce se tomò con normalidad; por suerte el bus arrancò hacia el lugar acordado.
Los familiares eran reconocidos por las ventanas del bus, èste entrò por Guisse deteniendo su marcha. El equipaje fue retirado y las despedidas fugaces reinaron en un ambiente alegre por el regreso a Lima; las quejas despuès, con calma, ya llegarà el momento.